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Pacto de silencio

Enceraron el parquet

con una cera un poco rara

con olor a frutas

pero no me doy cuenta

a qué frutas

 

lo lustraron con saña

y quedó opaco

a pesar del esfuerzo

 

Desde entonces

se llena de hormigas

debajo de la cama

 

los pájaros

no vuelven a la palta

el perro no ladra

 

el cartero no dice

que lo va a matar

si lo muerde

Erosión

 

Es domingo

y el sol brilla

pero no despierta

mañanas

 

No hay misa

ni santurrones

 

La tierra seca

se esparce por el aire

y ya no es madre

de todas las cosas

En los campos de don Rosendo

 

En los campos de don Rosendo

abandonaron a Claretta

 

—la abandonaron en el campo

por no responder a las expectativas

 

“Chica hacendosa” dijo

y para cuidar la hacienda

la contrataron

 

aprendió

a manejar el lazo

a capar y marcar

con fierro caliente

 

Abandonaron a una muchacha

la que hoy roba hortalizas

la que aúlla de noche

y degüella terneros

 

“Tiene hambre de varón”

dicen en el pueblo

y se preparan con perros

caballos y escopetas

Intermezzo lúdico

 

Puse mi ojo de vidrio

sobre la mesa

y pedí cartas

porque en mi casa

se apuesta duro

 

En la habitación contigua

los muebles se entregaban

a una interminable orgía

 

y dejaban oír sus bisagras

sus cajones abriéndose

cerrándose

Destino

 

Ante el horror

me cubrí la cara

con las manos

 

“Si escondés la cara

mostrás la cruz

 

necesitás cuatro manos

para proteger tu integridad”

 

Escogí un número

lo memoricé

y ahora ese

es mi valor de cambio

 

soy el hombre moneda

el que rueda de canto

 

el que habita oscuros

bolsillos de varón

con olor a orina rancia

y otras humedades

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