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Despertar

 

Soñé que era Heidegger

y que Hannah me odiaba

 

Dormíamos en el mismo cuarto

en camas separadas

y yo sabía por mi biografía

que ella me mataría con

sus propias manos y

me arrancaría los ojos

 

Yo colaboraba —estábamos

a fines de los 60—

con los movimientos

sudamericanos de izquierda

pero ella no me creía

o no se enteraba

 

El miedo que me impedía

dormir desapareció cuando

descubrí que mi muerte

sería por causas naturales

 

y fue entonces cuando

dejé de ser Heidegger

para ser yo mismo

 

Me interesé nuevamente

en los proyectos de mi amada

y recobré

su confianza y simpatía

 

ella volvió a hablarme

en esa mezcla rara de alemán

y español que tanto me

alegraba y desperté

 

Era Barcelona siglo XXI

un invierno que no me recordaba

especialmente a ningún otro

y la mañana había empezado

sin mí

 

poc a poc

pero irremediablemente

 

 

Repetición

 

Volví a matar pero

mi víctima era

siempre la misma

 

Desmelenada

se acostumbró a

esperar el tiro

de gracia

 

y yo le ofrecía

siempre un último

deseo que nunca

era el último

 

 

Presas del frío y del miedo

 

Me quedé sin palabras

y fui por más

 

Descubrí un puñado

en el despeñadero tiritando

tartamudeando

 

y las hice mías

caprichosamente

 

Decidido y seguro de mí

puse mis ideas sobre

la mesa y aparecieron

aplanadas sin volumen

 

Sobre ellas colocaron

platos servilletas cubiertos

y sirvieron la comida

 

Volvían a la conversación

los temas recurrentes

y yo a mi silencio

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